Tras más de 4 años con las obras del parque urbano de Santa Brígida paralizadas, el Alcalde anuncia ahora su próxima reanudación, pero habría que preguntarse ¿con qué fundamento?, ¿bajo qué condiciones?.
Lo que ha ocurrido en estos años obliga a ofrecer las debidas explicaciones a la ciudadanía.
En primer lugar, y que se sepa, hasta ahora el equipo de gobierno municipal no ha hecho otra cosa más que plegarse pasivamente a las exigencias de la concesionaria adjudicataria de las obras. Este equipo de gobierno no ha puesto en marcha ni las más tímida iniciativa para defender los intereses generales frente al abuso que supone tener paralizadas durante años uno de los espacios más centrales y esenciales del casco de la Villa: ¿qué acciones ha iniciado para rescindir el contrato?, ¿o para ejecutar las fianzas?, ¿o para penalizar la insoportable demora en su realización?, ¿o para reclamar los daños causados al interés público por mantener en ese estado los principales viales y espacios públicos del municipio?.
Por lo tanto, es puro cinismo que ahora proclame que “no ha cejado en el empeño de resolver la situación”, o que exprese que “siempre hemos intentado alcanzar soluciones para resolver este importante problema”, cuando hasta ahora no han hecho nada, ¿qué broma es esta?.
Todos sabemos que este es uno de los temas más importantes que debe afrontar el Ayuntamiento, y haciendo honor a ello se alcanzó el acuerdo entre todos los grupos municipales, y así se hizo público en su día, que para cualquier solución se debería contar previamente con todos, eso es algo razonable e imprescindible en un asunto como este.
Pues bien, ahora el Alcalde es quien en solitario, y sin contar siquiera con sus socios de gobierno, ni con su Concejal de Urbanismo, anuncia la reanudación de las obras. ¡Qué casualidad!, justo a dos meses de las elecciones anuncia la supuesta buena nueva después de varios años de parálisis y pasividad.
Dice el Alcalde que “el responsable de la concesión anunció al Ayuntamiento su voluntad de continuar con la construcción...”. ¿Es que eso depende solo de la iniciativa y la voluntad de una empresa privada?. Desde luego, con esto el Alcalde reconoce su pasividad y su entrega durante estos años a los intereses de la concesionaria, en detrimento de los de los ciudadanos.
Y ese supuesto anuncio al Ayuntamiento, ¿acaso es público?, ¿está escrito?, ¿ha tenido entrada formal algún documento de la concesionaria al Ayuntamiento?, ¿o es que se trata de un anuncio producido en una especie de reunión secreta entre el Alcalde y la concesionaria?. Desde luego parece que es un anuncio solo verbal, no al Ayuntamiento, ni siquiera al equipo de gobierno, sino directamente al Alcalde, que ha incumplido su compromiso de no tratar este tema con la concesionaria si no es con la presencia activa de todos los grupos municipales.
¿En qué condiciones se realiza esta intención?, ¿qué pide a cambio la concesionaria?, ¿renuncia acaso a sus reclamaciones?, ¿qué ha ofrecido ahora el Alcalde, apremiado por la proximidad de las elecciones?.
Dice el Alcalde en su comunicado que “la UTE concesionaria…. ha decidido reiniciar las obras…. mejorando el proyecto y procurando una mayor integración de este en el entorno”.
Pero ¿qué es esto?: ¿es que Santa Brígida debe estar a merced de las decisiones de la UTE concesionaria?, ¿es que se trata de algo en lo que el Ayuntamiento no tiene parte ni capacidad de iniciativa?.
En este empeño de manipular las cosas y tratar de confundir a la gente, el Alcalde afirma que “las nuevas conclusiones a las que ha llegado su equipo técnico y jurídico, compartidas por los técnicos municipales, se ha estimado viable dicha reanudación”. Pues bien, ¿cuáles son esos informes de los técnicos municipales?, ¿sobre qué han informado?, ¿en qué términos lo han hecho?, ¿o es que, como nos tememos, no hay nada?
Esta pieza tan central y tan importante del casco de la Villa merece otro tratamiento. Para empezar, el acordado entre todos los grupos municipales, ese que ahora el Alcalde, obsesionado con tratar de sacar rédito electoral en solitario, ha decidido romper de forma unilateral.
Hay muchas cosas que se habrían podido hacer en estos años, al menos para que los perjuicios a los ciudadanos, y también a muchos establecimientos comerciales de la zona, no fueran tan graves. Hemos tenido que soportar, sin que el Ayuntamiento hiciera ni intentara nada, una estética horrorosa junto a nuestros viales, la más absoluta disfuncionalidad de las aceras y los espacios públicos para transitar, y una gran incomodad para el disfrute del centro del casco urbano.
Y estamos seguros de que incluso ahora se podrían tomar iniciativas para mejorar, aunque sea parcialmente, la estética y la funcionalidad de la zona. Pero eso hay que hacerlo bien, con el suficiente consenso, con la debida seguridad jurídica y con todas las garantías para el interés general. Lo que no se puede hacer es apresurarse ahora solo por las necesidades electoralistas del Alcalde, y hacer las cosas mal, dando la sensación de rendición incondicional a los intereses de la concesionaria.
Las prisas no son buenas para las cosas importantes. Hay un refrán que dice “vísteme despacio que tengo prisa”. Esta es una pieza clave para el futuro de Santa Brígida, y su desbloqueo y solución no puede ser fruto de la improvisación marcada por intereses tan parciales, y circunstancias tan inmediatas y coyunturales como la próxima convocatoria electoral.
El Plan General de Santa Brígida ya está en marcha, en muy poco tiempo ya tendremos el documento para su aprobación inicial. No es sensato que ahora se trate de condicionar este instrumento a través de una especie de “pacto secreto” con la concesionaria interesada. Eso no quiere decir que no sea posible hacer nada hasta que se apruebe definitivamente el Plan General, pero lo lógico, y lo prudente, es no contradecir el modelo urbanístico que se trace para el casco al menos en el avance del Plan General, pues eso será fruto de una visión más amplia, mas general, de las necesidades y los problemas del municipio.
Además, todos sabemos que ante este asunto no se puede, ni se debe, poner en marcha ninguna iniciativa que no goce del consenso, la transparencia y las garantías necesarias para el interés general.
Otra cosa no es ni razonable ni viable, y el Alcalde lo sabe, de manera que lo que ahora debe hacer es rectificar, y no tratar de alimentar falsas expectativas solo con el objeto de señalar a sus adversarios justo antes de las elecciones, cuando al final se concluya lo evidente, es decir, que se trata solo de fabulaciones para confundir a los ciudadanos y alimentarles falsas ilusiones que no pueden ser cumplidas.
